6 JUNIO 2025

© 2025 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2025
Localizacion
UAN (2023), de María Alché y Benjamín Naishtat
Soporte de imagen
-DIGITAL 8000
Fecha de diario
2025-06-06
Referencia
10889

LOS DÍAS 20
“Disponemos de una dulcísima medicina: la filosofía; de las demás, en efecto, sólo se siente el placer una vez curados; esta deleita y cura al mismo tiempo”. Michael de Montaigne
Miércoles, cuatro de junio de dos mil veinticinco

Ayer caí enfermo, por la tarde, inesperadamente.
Mi malestar consistió en que el cuerpo no me sostenía. Sufría de una diarrea estúpida y desagradable.
El síndrome me duró hasta que me acosté y también después, a lo largo de la noche.
Pensaba que el día siguiente habría superado la crisis; pero no, por la mañana, todavía peor.
A las diez y media tenía sesión de fisioterapia (por lo de la fascitis plantar). Fui y volví. Me sentía fatal.
Las dos mujeres que llevan la clínica, madre e hija, son muy simpáticas y me dan conversación. Yo, hoy, no tenía ninguna gana de hablar. No hablé.
La hija me gusta. Es delgada y ligeramente insinuante, lo justo. Me resulta una mujer deseable. Además, sonríe y es comunicativa, aunque lo que dice no resulta especialmente sustancial.
De pronto, supe su edad, 43 años (lo dijo ella, yo no pregunté), lo que hizo que abandonara el hilo de mi deseo.
Así es con todas las mujeres con las que me cruzo y miro, todas jóvenes hasta el desaliento.
Ya no sufro por eso, lo asumo con flema estoica (es un poco igual, una cosa y otra).
No pasa absolutamente nada. Es tan sencillo como desconectar el deseo de la conciencia y pensar en otra cosa, generalmente en nada.
Anoche vi una película Argentina, estupenda: Puan (2023), de María Alché y Benjamín Naishtat, interpretada por Marcelo Subiotto y Leonardo Sbaraglia, esplendidos ambos. Son profesores de filosofía y se disputan la cátedra vacante. El colectivo docente, numeroso y reivindicativo, mantienen una excelente relación entre ellos, en clave de comedia ocurrente y divertida. Empatizas con ese colectivo por su fluido sentido del humor, su camaradería y por los debates (superficiales), filosóficos y amables.
Mi malestar fue menos gracias a esta estupenda película.
La Fotografía: Marcelo (Marcelo Subiotto), protagonista absoluto de la película. Leonardo Sbaraglia, actor de gran carisma y encanto, está en un plano secundario en relación con Subiotto. Marcelo es tímido, torpe, inseguro, reflexivo y absolutamente bueno. Se coloca en un segundo plano y procura pasar desapercibido. En contraste, Sbaraglia, su competidor por la cátedra, es un gallo orgulloso, vanidoso y peleón. Marcelo intenta cantar un tango en una reunión social, pero Leonardo, ayudado por un piano le eclipsa. Finalmente, en los últimos planos de la película, en un barrio alto de La Paz (Bolivia), frente a una audiencia sencilla y popular, Marcelo, que a la sazón había sido invitado para dejar testimonio de su saber (filosófico), se limita, humilde y tierno, a cantar el un maravilloso tango de desamor: Niebla en el Riachuelo (1937), con la increíble ciudad al fondo.
…¡Niebla del Riachuelo!..
Amarrado al recuerdo
te sigo esperando…
¡Niebla del Riachuelo!…
De ese amor, para siempre,
me vas alejando…
Nunca más volvió,
nunca más la vi,
nunca más su voz nombró mi nombre junto a mí…
esa misma voz que dijo: «¡Adiós!».

Sueña, marinero, con tu viejo bergantín,
bebe tus nostalgias en el sordo cafetín…
Llueve sobre el puerto, mientras tanto mi canción;
llueve lentamente sobre tu desolación…
Anclas que ya nunca, nunca más, han de levar,
bordas de lanchones sin amarras que soltar…
Triste caravana sin destino ni ilusión…
Enrique Cadícamo

Pepe Fuentes ·