TRIPTICO DE CONSTANTINO II. Los grandes ojos abiertos y de una fijeza inquietante, así como su amplia y característica barbilla, son una constante en la iconografía de Constantino. Promulgó leyes extravagantes e injustas como ésta: los padres que permitieran que sus hijas fueran seducidas serían quemados introduciéndoles plomo fundido en la garganta. Me pregunto cómo podía demostrarse semejante hecho y por qué castigarlo de forma tan atroz.
25 MARZO 2004
© 2003 pepe fuentes