A medida que asciendes hasta el alto palacio vas asombrándote ante cada recoveco, rincones umbrosos, puertas y ventanas misteriosas y fugaces perspectivas de la magnificencia del palacio fortaleza y, de pronto, cuando accedes a este patio, con el cielo recortado por los arcos, las sensaciones cambian, todo parece flotar y percibes el sentido de ciertas cosas.
25 ABRIL 2004
© 1990 pepe fuentes