Sólo sé que, como no se puede renunciar a la búsqueda y expresión de la dosis de lucidez que te haya podido tocar, desde que me encontré con la fotografía ya no he parado. Seguiré haciéndola siempre, hasta el final. El ser o no «fotógrafo» es lo mismo; la cuestión es otra.
8 OCTUBRE 2004
© 2002 pepe fuentes