Allí, un amigo se muere, con parte del cuerpo destrozado por la carcoma canalla e impía y por vencidos bisturís. Estuvo así días y días, en el edificio de ladrillo rojo, esperando y esperando, pero ella, traicionera, no llegaba, sólo avisaba y se hacía notar con mensajes lacerantes.
8 NOVIEMBRE 2004

© 2004 pepe fuentes