EPILOGO. Finalmente, llegó, mil veces maldita, y murió, en el triste edificio de ladrillo rojo, mi querido amigo Masao Shimono: japonés, pintor, discreto, secreto, profundo, sonriente, próximo, amable, callado, virtuoso, valiente, esencial, penetrante, exquisito, tranquilo, espiritual…… Estas son obras suyas colgadas en una pared de mi casa. Ahí seguirán, para no olvidarme de él.
10 NOVIEMBRE 2004
© 2000 pepe fuentes