DOMINGO. En Campo dei Miracoli. Pisa. La hierba estaba fresca, la luz tamizada por una amenazante tormenta que no se decidió a venir y la gente, perezosa, parecía feliz y adormecida.
El carácter se forma los domingos por la tarde.
Ramón Eder
DOMINGO. En Campo dei Miracoli. Pisa. La hierba estaba fresca, la luz tamizada por una amenazante tormenta que no se decidió a venir y la gente, perezosa, parecía feliz y adormecida.
El carácter se forma los domingos por la tarde.
Ramón Eder