Repentinamente: la noche a pleno sol, fuego, humo, ríos de fuego blando, caos, gritos, huidas imposibles, ruido aterrador, muertes por doquier. Sin embargo, el hombre tranquilo de la ciudad no se movió; observo y decidió su destino sin titubeos: sería el hombre crisálida durante el resto del tiempo. Ya ha cumplido 2000 años. Algún día decidirá salir y su belleza resplandecerá.
6 DICIEMBRE 2004
© 2003 pepe fuentes