Costó dos viajes a un remoto y abandonado lugar de la provincia de Cuenca. La fotografía existe gracias a la nube que, obedeciendo las instrucciones del aire que se decidió a echar una mano, compuso una forma «artística». Yo esperé pacientemente hasta que todo estuvo colocado. Hice la fotografía y me marché de allí, sin apenas despedirme.
8 ENERO 2005
© 1991 pepe fuentes