En una noche de verano, lluviosa, sin motivación aparente, decidí pasear por un parque con el flash montado en la cámara. La forma semicircular del banco vacío y mojado resultaban ineludible. Fotografié impunemente pero, una vez revelado, me encontré con algo que ni siquiera intuí: un Ectoplasma que decidió hacerse visible en mi Plus-X. Por un momento estuvimos frente a frente, él me vio y yo a él no; desde entonces vive en mi archivo.
10 FEBRERO 2005
© 1981 pepe fuentes