SOBRE LA DESESPERANZA. OBERTURA:
Al principio, cuando apenas has visto ni sabes de casi nada, depositas ingenuas y torpes esperanzas, blancas y volátiles, en la todavía tersa y blanda superficie de tu vida. Desde ahí irán partiendo: unas volarán estérilmente golpeándose con el cristal engañoso de la realidad, otras se perderán desconcertadas y, las más fuertes, volverán destrozadas por la pelea y tendrás que recoger sus restos como puedas. Sin embargo, algunas conseguirán el propósito, pero enseguida se adormecerán complacidas; esas no valen mucho.
Mañana y en días siguientes pensaremos en estas cosas: yo pongo las fotografías y Alvaro Mutis, sin saberlo, las reflexiones.
14 FEBRERO 2005
© 2001 pepe fuentes