Íbamos pasando a través de las habitaciones vacías y en penumbra de la Catedral. En un rincón, olvidada y apenas visible, estaba esta cabeza de león. Era uno de mis iconos esperándome en la sombra.
20 FEBRERO 2005
© 1995 pepe fuentes
Íbamos pasando a través de las habitaciones vacías y en penumbra de la Catedral. En un rincón, olvidada y apenas visible, estaba esta cabeza de león. Era uno de mis iconos esperándome en la sombra.