EL LIBRO DE LA RISA. Existencial. En aquella época estábamos instalados en una perpetua ficción autocomplaciente y también decepcionante. A veces era divertido, aunque yo tenía dudas de que fuera lo más adecuado. Ahora creo que sí, que estaba bien. Además, ya no importa absolutamente nada.
30 MARZO 2005
© 1986 pepe fuentes