EL LIBRO DE LA RISA.
Escéptica. En la ciudad de K. había cientos de vacas por calles, puentes, plazas, parques….. Intuía que tenía que existir mi vaca, y sí, tras buscarla por todos sitios, por fin apareció: la vaca fotógrafa. La intuición tenía que ver con el hecho de que, como fotógrafo, a veces me siento como una vaca mirando pasar los trenes al atardecer.
1 ABRIL 2005
© 2004 pepe fuentes