MEMORIA ESCOLAR 3. En esta otra escuela todo era oscuro. Los groseros palos de madera, arrancados de las sillas, servían para que aquellos pobres “trabajadores” de la enseñanza (1) nos golpearan las manos con saña. Como variante también utilizaban rencorosas bofetadas, como si nosotros encarnáramos todos sus odios. Estuve en este edificio tres años, desde los 10. Muchas veces he soñado con vengarme. Nunca he tenido la oportunidad y ya me da igual. (1) siempre me he preguntado como era posible que pueda enseñar algo quien nada sabe…
15 ABRIL 2005
© 2004 pepe fuentes