Domingo: quinto día de viaje. Domingo. La religiosidad étnica o popular, no sé muy bien dónde está la diferencia en este caso, no daba para mucho; decidimos deambular por los alrededores. En una especie de autobús reconvertido en bar, tonteaba con mi cámara fotografiando a gente más o menos disimuladamente. Este chico seguía mis afanes y decidió solidarizarse con mis esfuerzos. Me pidió que le fotografiara; se llamaba Antonio y se entregó al retrato sin reservas. Cuando eso ocurre casi siempre funciona. Se incorporó a la comitiva y volvimos juntos a Sevilla: la modelo, Antonio y yo. Allí nos despedimos.
15 MAYO 2005
© 1983 pepe fuentes