Conclusión:
Paseé por el interior del templo y por las instalaciones de alrededor y la sensación que tuve no era más elevada que la que podría haber tenido en el patio de operaciones de un organismo administrativo. Se conjuró el misterio y otras muchas cosas; entre ellas la belleza y excitación poética de lo desconocido. Esta es una de las razones de por qué la cultura es cada día más pulcramente aburrida. No fotografié y tampoco volveré.
22 JULIO 2005
© 1978 pepe fuentes