4 de Septiembre de 1978, lunes, 17 horas: me enterraron en el cementerio de la ciudad. No nací aquí, pero sí en un pueblo cercano. No me pareció mal que lo hicieran así; a mí los sitios me daban lo mismo, pero al fin y al cabo en este cementerio estaban enterrados mi padre y un hermano que murió joven. Así era en los años 40, en todas las familias había un hijo o hermano que había nacido para morir pronto, cuando apenas empezaba a vivir. El mío se llamaba Julio. Cuando la desgracia llegaba, ya todo se teñía de negro y era un poco más triste y sombrío que antes. Este lugar queda a la izquierda del camino por el que me llevaron al cementerio.
4 SEPTIEMBRE 2005
© 1985 pepe fuentes