El más ingenuo se percatará, con asombro, de que no hay tristeza en el Cementerio Colón. ¿Por qué? Difícil responder. ¿Será quizá la combinación de silencio, olor y magnificencia? ¿O tal vez tendrá que ver con las parejas cuyo amor se entregan desesperadamente entre las tumbas ?.
Abilio Estévez. Inventario secreto de La Habana.
2 NOVIEMBRE 2005
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