OLGA Y ALESSANDRO. Este individuo, que no era amigo mío, italiano y dedicado al comercio de ropa de moda, era la pareja estable de la chica que me gustaba, la de ayer. Como maniobra de aproximación para poder urdir y desplegar estrategias fatales hacia la chica, les propuse fotografiarlos en plan «artista» y así hacerme notar. Lo cierto es que este retrato no quedó mal y no fue precisamente por mi aprecio hacia el modelo
7 NOVIEMBRE 2005
© 1987 pepe fuentes