Pasamos el día deambulando por Ámsterdam. No recuerdo nada más, salvo que llovió casi todo el día. Por qué no me acuerdo, complicado y natural: porque estoy escribiendo este texto el veintinueve de Febrero de dos mil veinticuatro. En este día había otra foto y otro texto que he trasladado al futuro por medio de una máquina del tiempo: yo mismo y mi santa voluntad. Por exigencias del guion del diario del dos de marzo de 2024; me he permitido ese juego que no es tanto una trampa, dado que la foto corresponde a ese viaje a Holanda, sino porque el texto sí narraba una determinada situación de ese día, la que me ha venido bien para diecinueve años después. En mi diario están permitidos los saltos en el tiempo. Eso sí, el revelado es de 2024. Algo de trampa hay, o tal vez sea omnipotencia o capricho, no sé.
20 NOVIEMBRE 2005
© 2005 pepe fuentes