Hoy cumples treinta años. Felicidades, ya sabes, te deseo lo mejor, hoy y siempre. En esta fotografía muestras un gesto emocionado y ansioso; estás esperando a Jackie, en la iglesia, instantes antes de que os caséis. El gesto te delata, estás enamorado y feliz. Para mí esta fotografía es la mejor de las que te hice ese día, que no fueron muchas. No actuaba como fotógrafo, sólo era tu padre que se hacía acompañar por su cámara, cómo no, pero ni ella ni yo hacíamos fotografías, sólo nos salían impulsos emocionales. Seguía tus pasos un poco entontecido por la situación (no me hace falta mucho esfuerzo para eso), mientras que tu te mostrabas radiante y con una solvencia que me asombraba. Como te decía el otro día, a lo largo de nuestro tiempo ha habido muchas situaciones donde me demostraste tu madurez, incluso de muy niño, pero es en este justo momento dónde para mí pasas a otro estadio, a otra dimensión de tu vida. No sé sí te enseñé algo a lo largo del tiempo, confío en no haberte molestado demasiado en torpes empeños para que aprendieras lo que a mí, probablemente, no me ha servido de mucho; eso sólo lo sabes tú. Lo que sí sé, viendo esta fotografía, es que ya sabías lo que tenías que saber y que, probablemente, lo habías aprendido solo, como todo lo que es valioso.
28 NOVIEMBRE 2005
© 2004 pepe fuentes