Ninguno de ellos se habló ni reconoció, sólo se cruzaron. Durante unos segundos, los suficientes, participaron sin saberlo:
el escenario: Camposanto de Pisa.
el azar: los protagonistas cruzando en el momento justo.
el fotógrafo: actuando con premeditación pero sin propósito, salvo el intuitivo, esperando pacientemente a que se produjera una conjunción como ésta.
la fotografía: una vez más, ayudándonos a entender algo sobre el misterio de lo inaprensible.
29 NOVIEMBRE 2005
© 2002 pepe fuentes