Ayer, en la presentación en sociedad de mis obras y las de mis otros cinco colegas, lo de siempre: gente (casi todos amigos de unos y de otros) asiduos de la Galería (pocos), algunas preguntas de desinhibidos y curiosos y también alguna felicitación. Así durante casi dos horas, porque, además, como era uno de los protagonistas estuve hasta que acabó la función. Luego, alguna copa con los íntimos y hasta el 31 de Enero que iré a recoger lo mío ¡qué bonito! Contado así se puede pensar que no tiene ninguna gracia el asunto, pero no es así. Objetivamente los hechos son esos, pero hay aspectos emocionales, contradictorios e incluso lógicos, por no hablar de la cuota de vanidad de cada uno, que hacen que estas representaciones sean necesarias para los que nos da por estas cosas. Sólo hay que saber controlar dónde y por qué lo haces y aplicar la necesaria lucidez para interpretar con sensatez lo que realmente sucede en estas ocasiones.
5 ENERO 2006
© 2002 pepe fuentes