Donde más he bailado en mi vida ha sido en el laboratorio; es un lugar en el que me dejo llevar por una cierta alegría vitalista y a veces bailo (debe ser por espontáneas sensaciones de omnipotencia). Hoy no; no sólo no lo hago, sino que me desplazo pesadamente, de cubeta en cubeta y de negativo en negativo. A veces paro y escribo. Esta fotografía, la de ayer y las que mostraré los próximos días están positivadas bajo un PELIGROSO abatimiento y desánimo.
8 ENERO 2006
© 2005 pepe fuentes