La persona que está de espaldas señalando el horizonte es un compañero de «aquel trabajo». Nos divertimos haciendo estas fotografías, sin embargo, no nos ayudaron mucho a comprender el mundo en el que estábamos atrapados, porque ninguno de nosotros acertamos a encontrar una respuesta coherente a lo que nos ocurrió. Hemos estado durante años, muchos años, aturdidos y sin entender gran cosa lo que sucedía a nuestro alrededor. Tampoco acertamos a liberarnos de nuestras contradicciones. Ahora parece que la pesadilla ha pasado, pero ha sido el tiempo y sólo el tiempo el que ha impuesto sus drásticas soluciones. Ya que más da, todo está perdido para siempre.
22 ENERO 2006
© 1980 pepe fuentes