Esta fotografía es placentera, no sólo a nivel fotográfico, sino también físico, epidérmico, íntimo, estético y completo. La conjunción de todos esos elementos se aproxima al estado de plenitud total, en caso de que esa palabra sirva para definir un estado de ánimo. Fotografiamos por la mañana, luego, a mediodía, el restaurante en la playa. La luz inverosímil, la comida sencilla pero especialmente servida con sonrisas amables de la cocinera y de su perro que nos visitaba de vez en cuando. Después, un buen rato tendidos en la playa viendo como se desplazaban las nubes. Tiempo GOZOSO, de esos que se recuerdan siempre, justifican el viaje hasta aquí (la vida) y hacen que el final sea una visión insoportable.
8 FEBRERO 2006
© 2005 pepe fuentes