«OTROS» 6. «El cristianismo, ¿ha destruido verdaderamente el eros? no, lo que ocurre es que el eros ebrio e indisciplinado no es elevación sino caída» Joseph Ratzinger (el de ayer). Estos dos hombres se encontraban a una altura de dos metros del suelo (si preguntáramos a Ratzinger sería de otra opinión). Mi cámara y yo los captamos bailando entre algunos más; se habían vestido para gustar y seducir y no muestran síntomas de decaimiento ni físico ni moral, más bien todo lo contrario. Su eros es presumiblemente indisciplinado y abocado al fango de la caída, según Benedicto XVI Papa, quien se arroga la posesión de la medida de lo elevado, puro, virtuoso, saludable, moralmente correcto y aplicable a todo el genero humano. Inaudito, Ratzinger. A mí, por el contrario, me parecen sanos porque son capaces de expresar festivamente sus propósitos y sensaciones más naturales.
28 MARZO 2006
© 2002 pepe fuentes