(sábado por la mañana) La ciudad que mejor conozco y más he caminado después de la mía, y otra que ahora no viene a cuento mencionar, es Lisboa; es la que más me gusta. En su paisaje me siento integrado, puedo mirar sin sentir irritación en los ojos y andar despacio. Mi cámara lo nota y se encarga de fijar afinidades y diálogos como en ninguna otra ciudad que conozca. Quizá sea por lo que dijo de ella John dos Pasos: «una nostalgia dormida». De vez en cuando la recordaré en este diario contando historias fotográficas. También la visitaré siempre que pueda para fotografiarla y así aliviarme de la conjuntivitis que me provoca la fealdad que hay que soportar diariamente.
21 ABRIL 2006
© 2006 pepe fuentes