Debajo hay un hombre, o una mujer. Debajo hay una cabeza y una inteligencia (supongo). Debajo hay unos ojos que miran y que ven (supongo, también). Debajo hay una voluntad entregada a una causa aparentemente irrelevante y absurda aunque persistente. Debajo hay humanos pecados eliminados con la penitencia (supongo, una vez más). Debajo hay una necesidad de estar en el grupo. Debajo hay una identidad mezclada y satisfecha. Debajo hay un tiempo marcado por un acontecimiento anual. Debajo hay oscuridad y poco aire.
4 MAYO 2006
© 2005 pepe fuentes