Algo debió intuir este hombre en mí o en mi cámara para que desconfiara y se tapara la cara. Quizá adivinó mis intenciones o no se sentía del todo cómodo con el papel que representaba y no quería que existieran pruebas; o tal vez no cobraba por derechos de imagen y debería, ya que al fin y al cabo actuaba en un espectáculo del que muchos obtienen importantes beneficios.
5 MAYO 2006
© 2002 pepe fuentes