GABRIEL. En aquel tiempo: ocho años (hace ya 2, demasiado tiempo para mi frágil memoria. Qué hacía Gabriel entonces y qué hacíamos ambos? Convivíamos en la misma casa todo el tiempo (luego fue distinto). Iba y venía al colegio, era vital, sociable y jugaba mucho en la calle con los niños del vecindario. También íbamos al cine y al campo. Luego: un año después de esta fotografía, algo cambió para nosotros; creo que empezamos a perfilarnos mejor mutuamente. Nos relacionábamos más intensamente cuando nos tocaba estar juntos, establecimos complicidades y nos ayudamos más (él a mí desde luego). Viajábamos los dos solos en vacaciones una vez al año, durante seis. A medida que el tiempo fue pasando nuestras conversaciones se hicieron más personales. Compartíamos aficiones cinéfilas y el asunto del colegio, estudios, notas (esas cosas tan molestas) apenas si nos dieron quebraderos de cabeza. Llegó el momento de separarnos y fue emocionante para mí el que me preguntara qué me parecía que se fuera a vivir a EE.UU., a lo que creo que contesté algo así como que siguiera el hilo de lo que creyera su futuro sin apartarse ni un milímetro, por nada ni por nadie. Ahora: vive allí desde hace más de dos años. Hablamos por teléfono y nos mantenemos al día de nuestras respectivas vidas. Nos vemos un par de veces al año y el futuro parece que mantendrá estas cadencias. Es un hombre de su tiempo, vital, afectivo y cuidadoso con los suyos. El 22 de Abril pasado, viajó desde Chicago, nos vimos 2 días y eso me hizo feliz. Celebramos el encuentro comiendo, bebiendo y charlando de nuestras cosas. Me alegra mucho que así sea.
14 MAYO 2006
© 1983 pepe fuentes