Claro, si me atraía, seguro que tuve la necesidad de desplegar mi mejor y más colorista imagen de «artista»: ponerme enigmático, suficiente y colocarme delante de la cámara una y otra vez, en distintas posiciones (debí indicarle cuando debía pulsar el disparador, aunque no el propósito para así parecer más misterioso)
18 MAYO 2006
© 1982 pepe fuentes