EL LIBRO DEL TIEMPO.
Desolado. Introducción: «La magia de los lugares vacíos no existe si antes no fueron habitados. La huella, la memoria de quien los creó y dio razón de existir pervive más allá de la realidad física de su presencia». Rosa Olivares. Utilizo esta cita de la señora Olivares, porque matiza y complementa perfectamente las sensaciones que quiero transmitir, así que, excepcionalmente y sólo durante el tiempo que tardo en leer su cita, la señora Olivares me cae algo mejor.
Me acerqué cauteloso a la explanada. No se veía a nadie. A la derecha casas y dependencias agrícolas descomponiéndose. Puertas abiertas que enmarcaban oscuridad y otras cerradas que sugerían secretos y telarañas polvorientas. Unos perros encerrados ladraban irritados, debían ser pequeños por el tono agudo de su protesta. En una especie de zaguán, detrás de una verja de hierro, se adivinaban unas ovejas amontonadas que hacían ruidos sordos al entrechocar unas con otras.