La disposición del espacio, las construcciones, los animales encerrados y la maquinaria dislocada componían un escenario desasosegante, de un raro y perverso equilibrio, como si todo estuviera dispuesto por una fuerza desconocida e ineludible que había venido actuando lentamente, a lo largo de los años, para componer una escena que sugería historias fatales, como el destino de los actores que habían intervenido. En el borde del abandono, más allá de estas líneas paralelas, tierra seca y guijarros puntiagudos arañados por estériles arados.
25 MAYO 2006
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