Éste, sin embargo, cura también, gordo no está y tampoco parece que tenga un metabolismo proclive al ensanchamiento, así pues puede ser una promesa en el cultivo de pecados más prometedores que la gula; aunque tampoco le veo como lujurioso. Más bien parece un firme candidato a la avaricia o la ira, o tal vez la envidia. Algún día realizaré una serie sobre los pecados capitales.
7 JUNIO 2006
© 1999 pepe fuentes