Esto sí, aquello no; la elección es la clave: qué me interesa de esta imagen? Es más, por qué frente a unas formas, texturas, relación de luces, disposición de volúmenes, situación y actitud de gentes y tantos otros factores es preciso, imprescindible, fotografiar? Objetivamente no hay discurso ni razón. De qué manera interactúa o influye lo ya visto? No lo sé; pero sospecho que estamos constituidos por ello. Nos pasamos la vida mirando, absorbiendo, metabolizando, sufriendo y gozando. Luego, sales a la calle y actúas con el imperativo inevitable del impulso; es esto porque sí, te dices, y lo demás da igual, lo que haces ha crecido en tus entrañas y es tuyo. En ese momento el mundo es un pretexto ajeno y distante, el centro eres tú mismo, o al menos eso te crees; aunque luego aparezcan dudas y sospechas.
3 JULIO 2006
© 2005 pepe fuentes