Una mañana de agosto, del pasado año, paseando en barco por el puerto de Rótterdam. Me sentía bien: la luz filtrada, velada, estimulante, dársenas y muelles interminables, y objetos de lo más heterogéneo amontonados por todos sitios. La velocidad permitía fotografiar y mis ganas de hacerlo me mantenían en tensión. Me motivaban los edificios, los contenedores, las grúas, en fin, el paisaje de utilitarismo industrial me resultaba sugestivo por ajeno y distante. Me gustaba la disposición de las formas que iban apareciendo y moviéndose lentamente en el visor, al ritmo lento del barco, como estas grúas que quizá fotografié porque había una discordante. Siempre hay un por qué, aunque en el instante no lo sepamos (ahora tampoco estoy seguro).
12 JULIO 2006
© 2005 pepe fuentes