Seguimos a vueltas con el estilo: hacer las cosas de una manera coherente o más o menos parecida es uno de los síntomas más evidentes de que el artista en cuestión cultiva un estilo. Al público le complace mucho reconocer la obra de un autor aunque no hayan visto la firma, se dicen orgullosos: esa fotografía es de Mapplethorpe, o de Diane Arbus, o de Adams, o de Witkin, o de Chema Madoz (esas sobre todo) y sienten que forman parte del «rollo», que están «enterados» y que saben de que va la «cosa». Menciono estos autores (hay muchos más) porque su estilo es paradigmático. Supongo que se han sentido y se sienten cómodos con su paradigma; a mí, sin embargo, me asusta la tiranía del estilo.
17 JULIO 2006
© 1986 pepe fuentes