Edmond Jabés: «Todo libro es libro de la memoria»… «vivir, es escribir la vida de uno»… sólo podemos vivir en la resonancia del acontecimiento. No podríamos vivir en un instante petrificado: estaríamos muertos».
La fotografía mineralizó el instante y a su autor con él; por eso, para liberarnos, no queda otro remedio que hacer algo con ella después (a mí me da por escribir). Lo escrito añade una lectura más que complementar lo ya hecho (no sirve la bobadita de hacer la misma fotografía años después: es una simpleza). Qué pasaría si escribiera sobre ella pasado un tiempo, y así varias veces? Tendría una visión poliédrica que me ayudaría a revivir cada vez que me enfrentara a la imagen y así alargar mi agonía? o por el contrario, me ocurriría como al maestro Frenhofer, (La obra maestra desconocida, Balzac) cuya obra, como resultado de la obsesión, se convierte en una mancha indescifrable?