DIPTICO LITERARIO:
Sergio Pitol, «Uno, me aventuro a decir, es los libros que ha leído…» claro; y como también dice Pitol, «algunas cosas más y menos«. Aunque la vida se tuerza y tengamos pocos recursos a los que aferrarnos, siempre nos quedará la lectura como refugio irreductible de sueños. Hallazgos recientes (aunque tardios): J.M. Coetzee, apasionante, una vez que entras en su mundo ya no puedes salir. Ahora leo Elizabeth Costello, valga como minúscula muestra un párrafo al azar: «¿Por qué no podemos hablarnos con franqueza y a las claras, como debe hablar la gente a quien le queda poco tiempo ? Inmediatamente después leeré: Esperando a los bárbaros, (inquietante actitud), si todavía no hubieran llegado pero no, me parece que ya están aquí o como en el caso de los tártaros de Dino Buzzati, los sentimos cerca o quizá dentro de nosotros, aunque no los veamos. Hace unos días leí Mis amigos, de Emmanuel Bové, fascinante novela (también leída algo tarde) y en el colmo del retraso Voces reunidas, de Antonio Porchia: «Ser alguien es ser alguien solo. Ser alguien es soledad»