Deambulé con placer y sin prisas entre los rectángulos de luz que caían verticalmente. De vez en cuando, personas que cruzaban y se iluminaban intermitentemente; parecían personajes de historias de cómic en blanco y negro, debía ser por el influjo de una obra de Roy Lichtenstein que dominaba el espacio. De pronto, situaciones que se me antojaban propias de su mundo creativo, debió ofrecérmelas él para que las fotografiara: por un extremo del patio dos personajes sombríos y la sensación de que van cargados de intenciones también oscuras… Al fondo, junto la luz que irradia la obra de Lichtenstein (no tiene luz, es el fulgor de su alma), una familia (no sé si son familia, pero lo parecen) descansa un rato. Tengo la impresión de que los dos personajes se dirigen hacia ellos; fotografío rápido por si son necesarias pruebas…
11 SEPTIEMBRE 2006
© 2006 pepe fuentes