Como contaba ayer, gracias a la plástica de Kimsooja y del conceptualismo correspondiente (no sé si de ella o del ideólogo de turno), me dio por las alturas y sólo era capaz de fotografiar mirando hacia arriba, así que mi cámara y yo la tomamos con un chorro de agua ascendente que se recortaba contra el cielo. Tomas verticales, horizontales, en contraluz, con nubes, sin nubes; así pude ir calmando poco a poco mi espíritu, tan hondamente impresionado por la etérea experiencia. Al rato, recobrada la consciencia y el suelo bajo mis pies, me largué del Retiro y de Madrid… y tardaré en volver.
15 SEPTIEMBRE 2006
© 2006 pepe fuentes