No es aventurado suponer que esta señora lleva desfilando durante las últimas décadas. No creo que haya nada más aburrido que una tradición repetida a lo largo de años y años, siglos y siglos. La clave radica en que todo perdure sin alteración, salvo los creyentes y participantes que envejecen lentamente, cada año un poco más, y así hasta la invalidez permanente.
18 SEPTIEMBRE 2006
© 2006 pepe fuentes