Fotografié instintivamente, sin ser completamente consciente. Nadie, ni ellos ni yo, sabíamos que estábamos creando una imagen bella y sugestiva, solos, cada uno solo con su tarea de ese momento, que apenas duró un magnífico instante. Estos hombres, sin saberlo, han compuesto una imagen que ilustra perfectamente la capacidad que posee la fotografía para apropiarse de la belleza que sucede en unos segundos; son ellas y sólo ellas, por sí mismas, quienes actúan al margen de todos los propósitos y naturalmente del fotógrafo.
25 SEPTIEMBRE 2006
© 2006 pepe fuentes