HOMBRE SOLO APOSTADO EN UNA ESQUINA (no de Coney Island, sino de Caparica). Una tarde de domingo en una playa impregnada de óxidos. La luz del sol llegaba amarilla después de atravesar resquicios de nubes viejas. Era un domingo donde las esperas eran inútiles y oleadas de tristeza llegaban desde el horizonte frío del mar. Vi a este hombre apostado en una esquina, no esperando nada o quizá todo. Yo también sentía la tarde desapacible de domingo y las esperas inútiles. Le fotografié, pero no deseaba una gran fotografía, sino que algo entre nosotros se fundiera en la imagen y pudiéramos compartir siempre la tristeza de esa tarde de domingo, cuando quizá él, y desde luego yo, no esperábamos nada. Sólo que el tiempo no nos hiera demasiado ni arañe con crueldad nuestras carnes.
30 OCTUBRE 2006
© 2006 pepe fuentes