PRUEBAS EN LA OTRA ORILLA. Mi vieja cámara de 35 mm, se ha cansado de mí y de mis cosas y deja pasar la luz de vez en cuando; además, en el colmo de la perversidad, lo hace inesperadamente y en momentos fotográficos que me importan. Menos mal que mi amigo Manolo, que siempre está dispuesto a ayudarme, me prestó una de sus cámaras para verificar las faenas de la mía (eliminar otras sospechas del proceso) y una tarde algo desapacible, salí a realizar unas pruebas. Sólo pretendía encuadrar y disparar caprichosamente, pero no tuve en cuenta que llevaba una cámara que no me conocía y que además estaba al otro lado. Es un sitio al que nunca voy porque es la otra orilla del río, y el río no lo cruzo casi nunca, por si acaso.
1 NOVIEMBRE 2006
© 2006 pepe fuentes