El viaje a Nápoles fue en Octubre: día y medio con un plan de viaje que no era el que yo hubiera elegido. A veces las circunstancias te aplastan y no se puede hacer nada por evitarlo (en este caso ni lo intenté; me entregué con buen ánimo a la experiencia). Conseguí deambular por la ciudad, mirar y fotografiar: por ejemplo a este hombre. Le vi las dos tardes en la Piazza Plebiscito, rodeado de siete perros de razas y tamaños diferentes. Él de pie, los perros a su alrededor, tumbados o deambulando de vez en cuando; se alejaban hasta casi el otro extremo de la plaza y volvían enseguida. Pasaba mucho tiempo así; luego, iniciaba la marcha y todos los perros le acompañaban dócilmente. Qué puede impulsar a un hombre a consumir parte de su tiempo en una plaza, de pie, rodeado de perros, y luego marcharse no se sabe dónde? Para mi resultó un enigma que resolví fotografiándolos y bautizándolo como « El jefe de los perros de Nápoles »
6 DICIEMBRE 2006
© 2006 pepe fuentes