En cualquier actividad que se haga frecuentemente hay un riesgo peligroso, artero y sibilino, porque convoca a una de nuestras peores condiciones: la comodidad, la facilidad, lo que ya nos sabemos de memoria. Esta fotografía, por ejemplo, creo que es correcta en cuanto a la interpretación de la luz y también, en cuanto a la distribución de volúmenes y espacios (en fotografía, encuadre). Por si fuera poco, en el colmo de la intencionalidad, pretende transmitir un cierto misterio. Pero, a pesar de su corrección, sospecho que fue fácil para mí, que fotografié de forma automática, es decir echando mano de la costumbre, y eso no vale. A mi no me vale. Quiero otras imágenes y cuando me salen estas, aunque me gusten un poco, me culpo por caer en una autocomplacencia perezosa.
11 DICIEMBRE 2006
© 2006 pepe fuentes