POST SCRIPTUM. En arte, los materiales de derribo amontonados no creo que consigan ni una leve sonrisa de complicidad placentera, así que, su inevitable destino será el camión de la basura o el ser pretexto para la circulación de inmensas cantidades de dinero; no hay término medio. Las obras sostenidas por andamiajes de sociología, encuestas, mercado y lo «último» son las que esperan ansiosos los «curadores ricos» en ferias y bienales; para el consumo y el olvido rápido. Yo también quiero contribuir al tratamiento y recreación con materiales de derribo, como esta fotografía y las de días anteriores. Lo que ocurre es que el planteamiento estético no puede estar más lejos de los de Sevilla, y además, no he elaborado un discurso «desacogedor» que las proteja: prefiero buscar belleza «autorreferencial«.
La columna
se recortó en la luz…Nos tumbaremos junto a ella,
a mirarla
y a lamernos las heridas.
José María Álvarez